Operar divisas, Índices… y Otras Formas de Tirar tu Dinero a la Basura

Crimen nº 2:

Operar divisas, índices, materias primas, futuros, opciones…

¡No lo hagas!

Es un asesinato a tu bolsillo, al sentido común y a tu salud (sí, también). Antes de que salgas corriendo, déjame explicarte por qué lo pienso.

Todo estos productos tienen una correlación muy alta entre las economías mundiales (macroeconomía). Si estás operando el índice alemán DAX y sale una mala noticia en Japón, muy probablemente tu posición se va a ver afectada.

Esto se produce porque hoy el mundo es un lugar globalizado. La economía de un país ya no depende de sí misma. En gran parte puede depender de los intereses de otros. Además, la información viaja de un lado del planeta a otro en un milisegundos gracias a Internet.

Lo mismo ocurre al operar divisas, cuyos movimientos son función de la estabilidad de los bancos centrales. De las materias primas como el oro, mejor no hablemos: un día es el activo refugio por excelencia, y otro se derrumba como si no hubiera mañana… ¿y el petróleo? ¿cómo voy a saber yo pronosticar el crecimiento de la economía china, y su consiguiente demanda de crudo?

En fin, son demasiadas variables entrelazadas como para que todo tenga sentido. Es como un cubo de Rubik en 20 dimensiones.

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Más del 30% del volumen diario en el índice SP&500 son algoritmos que entran y salen en fracciones de segundos. Se ponen delante de tus ordenes y te hacen pagar precios más caros. Introducen órdenes ocultas y las quitan justo cuando vas a tirarte a mercado. Producen movimientos falsos atrapando a muchos traders novatos. De ahí que los gráficos sean una locura, no tienen sentido alguno. ¿Piensas que esos robots van a operar en función del análisis técnico? No. No existe para ellos.

La bolsa ya es compleja de por sí… estoy seguro de que a estas alturas ya te has dado cuenta de ello. Por eso creo que no hay necesidad de añadir más dificultad. ¿De verdad quieres nadar a contracorriente?

Por otro lado, operar estos productos, supone hacerlo casi siempre a través de futuros u opciones. Y esto a la vez supone utilizar apalancamiento.

El apalancamiento es súper atractivo al principio. Eres un trader novato, tienes poco dinero para operar y te dan 20 veces tu dinero. ¡Suena genial! Adivina que:

No lo es.

El apalancamiento financiero es un arma de doble filo. Si te va bien, te va muy bien. Si te va mal, te va MUUY mal.

Piensa con lógica. Si estas iniciándote en el mundo bursátil, incluso si aún tienes algo de experiencia pero no tienes resultados consistentes… ¿qué parte del filo crees que vas a tocar?

Si has pensado en la mala, has acertado. ¡Es normal! Y esto no es muy bueno, porque perderás más rápido cuando en realidad debes perder lento. Debes preservar lo que yo llamo las dos C’s. Capital y Confianza.

Curiosamente, cuando uno alcanza la consistencia, ya no tiende a utilizar apalancamiento. Es verdad, impulsa tus beneficios, pero no merece la pena el excesivo riesgo en cartera y el estrés emocional.

Si después de toda la explicación te preguntas por qué existen estos instrumentos, pues te contesto: son productos derivados financieros. Sirven SÓLO para realizar coberturas.

Ejemplo: tengo unas inversiones en Brasil en moneda local, y decido que no quiero que me afecte el tipo de cambio del Real. Compraré Euro/Real por el valor nominal de mi inversión. Me da igual lo que haga la cotización de este par, me dan igual los algoritmos, sólo quiero proteger mi inversión. Lo que gano por un lado, lo “pierdo” por otro. Además, y gracias al apalancamiento, es posible que el bróker me pida menos garantías y por tanto mi cobertura será barata.

Vale, entonces… ¿Cuál es el producto financiero ideal entonces?

¡Acciones!

Simple y llanamente. En mi opinión, es lo que más sentido tiene… Los motivos son varios:

1) Es muy poco probable que la noticia del PIB ruso le afecte a una empresa americana que hace publicidad por internet. Por tanto no hay ruido.

2) El universo de variables de análisis fundamentales se reduce a unas pocas: crecimiento empresarial, acumulación institucional, sentimiento inversor, industria y competidores… Casi, casi, igual que calcular el valor real de una moneda o la economía de un país ¿no? jeje

No entraré en detalles sobre cómo identificar las mejores empresas… pues ya escribí un artículo bastante completo en el que hablo de ello.

3) El precio se mueve gracias a la acumulación de participaciones de los inversores institucionales. Son tan grandes que al comprar no pueden esconderse. Además, son seres humanos.  Esto hace que los patrones bursátiles sean, en la mayoría de los casos, fácilmente identificables a priori.

En definitiva, todo esto es mucho más tangible. Es más fácil prever el potencial futuro de la empresa.

Si la acción va bien, es muy probable que siga así, puede que incluso mejor. La tendencia alcista continuará los próximos meses, logrando rendimientos grandes en un plazo relativamente corto.

Dicho esto, la siguiente pregunta es… ¿debo invertir a medio/largo plazo? O beneficiarme de los movimientos especulativos del día a día? Lo veremos en el Crimen 3…

 

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